Murphy Para Mamás y Papás Primeriz@s

– Las probabilidades de que tu hijo se haga pis en el sofá son directamente proporcionales al precio del mismo.
Corolario: Y aumentan exponencialmente si el sofá no es tuyo

– Aunque tu hijo hubiera nacido con un bigote a lo Charles Bronson, te seguirían preguntando «¿Y qué es?, ¿niño o niña?».

– Cuando estés consiguiendo que tu hij@ se quede dormid@ en tus brazos, empezarán a picarte partes de tu cuerpo tan alejadas de tus ocupadas manos como la oreja, el pie o la corva de la rodilla.

– Ser madre o padre cuadriplica las probabilidades de contemplar bonitos amaneceres.

– El camión de la basura se cruzará siempre en tu paseo nocturno cuando tu bebé haya conseguido dormirse, independientemente de la hora y de la calle por la que transcurra el paseo.
Corolario 1: Si no es el camión de la basura, será un coche con el tubo de escape averiado.
Corolario 2: Si no es ninguno de los anteriores, será la Tuna.

– Suponiendo que tu bebé tenga hambre en el momento en que te disponías a cenar, la hora real de la cena es el resultado de la siguiente operación:
(HP + TS + TG) x Ha
             TC
Donde «HP» es la hora prevista de la cena, «TS» el tiempo de succión del bebé, «TG» el tiempo de sacada de gases, «Ha» el hambre que tengas y «TC» temperatura inicial de la comida.

– La materia puede salir del culete de tu bebé en tres estados: sólido, líquido o gaseoso.

– En un paseo mañanero, no importa hacia donde orientes el carrito de bebé: el Sol incidirá directamente en la cara de tu hij@, independientemente de la latitud y la longitud en las que os encontréis y la estación del año, el mes y la hora del día que sean.
Si el paseo es nocturno, lo que incidirá directamente en su cara serán las luces del camión de la basura.

– La noche más calurosa del año será aquélla en que decidas ponerle un pijama de manga larga a tu hij@.
Corolario: si, a la noche siguiente, decides ponerle un body sin mangas, la temperatura bajará un mínimo de 15ºC.

– Si te han regalado 847 baberos, el siguiente regalo será un babero.
Si aún no te han regalado ningún babero, el siguiente regalo será un babero.

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10 respuestas a Murphy Para Mamás y Papás Primeriz@s

  1. Aurora dijo:

    Y todas las «murphyadas» más que están por llegar. A disfrutarlas!

  2. Murphysta dijo:

    Muy cómico. Yo tengo un par de libros que recopilan frases como estas, aunque de otros ámbitos (creo que el tema papas y mamas no lo contemplan)

    Saludos!

  3. Antonio Tormo dijo:

    Nada nuevo bajo el sol o la luna; dicho esto en función del horario del paseo, pero advierto que cualquiera de nosotros vivimos estas situaciones cuando apenas conocíamos al ínclito Murphy, por más que padeciéramos sus previsoras calamidades. También, como regalo de boda, recibimos incontables juegos de café o sucedáneos. O sea, seguimos esperando ver en que consiste la mejoría en ese estilo de vida tan novedoso respecto al nuestro, apreciado Javier y cónyuge.

    Terrón de tierra

    • wawier dijo:

      No es un estilo de vida mejor ni peor que otros, pero sí un estilo de vida coherente con lo que mi pareja y yo pensamos que debe ser la crianza, y respetuoso con las necesidades reales del niño, a las que pocas veces se da importancia.
      Lo novedoso, tal vez, radique en poder vivir la experiencia plenamente, en dar la prioridad a estar junto a tu hijo mientras crece y a aprender de ello, en lugar de a algo tan reconocido socialmente como es trabajar, ser productivo, tener ingresos. Desde luego, trabajando no habría podido vivir muchas de estas situaciones murphianas.
      Un abrazo.

      • Antonio Tormo dijo:

        Apreciado Javier, no está en mi ánimo polemizar sobre vuestro estilo de crianza, ni tampoco me arrogo la certeza de estar en posesión de la verdad absoluta sobre el tema, pero evidentemente existe cierto exceso de proteccionismo en esta forma de criar a un niño, por otro lado nadie sabe si ese niño prefiere ese estilo de crianza u otro, se lo imponen los padres. Y, otro tema, ¿qué ocurre si todos los padres eligen ese sistema de vida?, ¿quién acomete esa «aberración» de trabajar mientras dure esa «amnistía» laboral? ¡Ah, ya!, se me olvidaba, sois funcionarios; esa denostada casta laboral. Si se impusiera ese tipo de conducta profesional, algunos al pretender retornar a su puesto de trabajo se encontraría a otro realizando sus tareas, quizás a un padre de familia más interesado en oro estilo de vida no tan arriesgado, pero eso no importaría nada a un padre excedente, así le quedaría mucho más tiempo libre para criar a su hijo y, además, así podrían hacerse los dos adultos al tiempo.

        Saludos

        Terrón de tierra

      • wawier dijo:

        Antonio:
        Uno de mis propósitos al empezar a escribir este blog, era que se convirtiera en un espacio de debate sobre todas las cuestiones que trato. Me alegro de que así sea.

        Está claro que mantenemos posiciones muy encontradas. Probablemente, porque nuestra base teórica sobre la crianza sea distinta. En este sentido, te animo, si te apetece, a leer el libro «Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida» de John Bowlby. Aporto algo de su teoría al debate:
        «El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. El estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo)».
        Donde tú ves exceso de proteccionismo, yo veo una base segura que ofrecemos a nuestro hijo para que pueda desarrollar un concepto fuerte de sí mismo y un sentimiento de confianza en sus capacidades.
        Es evidente que nuestro hijo no ha elegido esta forma de ser criado, pero, ¿qué niño lo elige?; ¿no es ésa una labor de los padres?. Con el tiempo, tal vez, podrá decirnos si le parece bien o mal que nos mantuviéramos a su lado durante sus primeros meses de vida en lugar de llevarlo a una guardería.
        En cuanto al tema laboral, tengo claro que la excedencia no es la panacea. Por eso, defiendo, tanto en el ámbito del empleo público como en el del privado, un período de maternidad y de paternidad mucho más amplio que el actual, cubierto (por supuesto) por la Seguridad Social, de la misma manera que se cubre la enfermedad y la jubilación. Otros países lo hacen, lo que lleva a pensar que, en la práctica, es posible. Y, de la misma manera que no todo el mundo enferma al mismo tiempo, no creo que todo el mundo se dispusiera a criar niños menores de un año a la vez. En cualquier caso, puestos a imaginar, mi pronóstico para una sociedad así, sería
        que estaría formada por individuos emocionalmente más sanos que la actual. No puedo estar más convencido de que el primer paso para transformar el mundo es cambiar la manera en que nos relacionamos con los niños, desde que nacen.

        Desde luego, la excedencia es una opción arriesgada, pero creo que es reconfortante salirse, de vez en cuando, de la rueda y explorar nuevos caminos. Mi intención, cuando cuento mi experiencia, es mostrar que hay otros caminos.
        Por otro lado, considero que la mejor manera de desterrar definitivamente postulados machistas, en los que la crianza es una función exclusivamente femenina, es comprender que las responsabilidades que se derivan de ella son compartidas, con cometidos distintos (por cuestiones biológicas), pero compartidas. Este tiempo que hemos cogido nos permite cumplirlo. Y, por último, si la vida en pareja es el verbo «compartir» en su máxima expresión, ¿qué mejor experiencia para compartir que criar a un hijo?.

        Agradezco tus comentarios.
        Un abrazo

  4. Mamá de A dijo:

    He de matizar que agradecemos sobremanera los 870 y 1 baberos regalados y los que vengan, porque A. todavía no los usa, pero, a nosotros, se nos cae la baba, y cada día más, compartiendo y siendo conscientes de todos sus pequeños descubrimientos.

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